1877. LOS ORÍGENES DE LA FERÍA DE MENASALBAS

 


1877-2021: 144 AÑOS DE UNA FERIA CUYO ORIGEN ESTUVO EN LA FERIA DE GANADO

El auge ganadero del municipio a finales del siglo XIX dio origen a la feria que hoy conocemos. El diecisiete de mayo de 1877, la corporación, presidida por el alcalde Valentín Ramírez Calderón, acordaba el establecimiento de una feria de ganados anual que habría de celebrarse los días 26, 27 y 28 de agosto de todos los años. De la importancia de aquella decisión eran conscientes las autoridades municipales porque a partir de entonces todos los meses de agosto dictaban normas para que los vecinos cuidasen el aseo y la limpieza de las calles y para fijar el lugar en donde se colocarían los puestos de venta ambulante y los ganados de cada especie; sin embargo, la elección de las fechas no fue afortunada porque en los tres años siguientes no tuvo el éxito esperado y en abril de 1880 se decidía, con la aprobación del gobernador, cambiar la celebración a los días 1, 2 y 3 de septiembre para que no coincidiera con la más antigua feria de Navahermosa que pudiera haber distraído la concurrencia (este año y muerto ya el alcalde, para multiplicar el esfuerzo promocional de las nuevas fechas, se tiró la casa por la ventana y se añadieron nuevos festejos para atraer visitantes: se prepararon anuncios, una solemne función religiosa para el día 29 de agosto precedida de fuegos artificiales y una atractiva corrida de toros de las acreditadas ganaderías de Menasalbas para el 31 de agosto).

La feria se revitalizó en 1889 al final del mandato del alcalde Miguel Sánchez Román cuando se dispuso que la función religiosa del Santísimo se celebrase el día 29 de agosto. Aquel año, los gastos del refresco, la pólvora, la música y los toros ascendieron a 250 pesetas y volvieron a repetir por la misma cantidad al año siguiente. En posteriores años, la pólvora se celebró el día 29 de agosto, la festividad del Cristo y el refresco de la salida de misa se trasladaron al día 30 de agosto, y los días 1, 2 y 3 de septiembre fueron para la feria con sus bailes públicos y cucañas, permitiéndose que los ganados de los feriantes pastasen en los terrenos de las eras sin retribución alguna. Los toros se siguieron celebrando en la plaza pública y procedieron, en algunas ocasiones, de las ganaderías menasalbeñas de reses bravas de los Escalera, de los García Moreno o de los Escobar o del navero Mariano Manzanero. La banda de música permanecía en el pueblo desde la víspera de la fiesta del Cristo hasta el día de la corrida de vacas. Pero no todo en la feria fueron parabienes porque en 1894 en la corrida de novillos se hundió uno de los tablados y dos hombres y una mujer resultaron con las piernas rotas (muchos espectadores tuvieron contusiones varias, entre ellos, Leandro Ruiz al que hubo de amputársele el miembro lesionado). En 1895, como ya era habitual, los festejos se celebraron del 31 de agosto al 2 de septiembre y se ofrecieron «dos corridas de toretes» los días primero y último, estoqueados por el novillero José Guerrero «el Zoca».

En 1896 la corporación del alcalde Francisco García Moreno intentó un cambio de fechas: como la feria coincidía con la de Gálvez y «pudiera resultar algún perjuicio en uno u otro pueblo», acordó que la feria de ganados se desarrollase desde el tres al cinco de septiembre y el gobernador lo acepto. No obstante, los ediles reconsideraron su decisión al pensar que seguía estando demasiado cercana a la del vecino pueblo (los vendedores de todas clases como pañeros, lenceros, plateros o encajeros no podrían regresar a sus hogares desde aquella y volver después a la nuestra) y decidieron trasladar la función religiosa del Cristo al día 15 de septiembre y la feria, a los días 16, 17 y 18 de septiembre cuando las Eras habían quedado libres de las faenas del verano, pero fue un fracaso para la compraventa porque los feriantes tampoco llegaron. Finalmente, acordaron para el año siguiente situar la función religiosa el 1 de septiembre y desarrollar la feria los días 3, 4 y 5 de septiembre para que pudieran venir comerciantes y feriantes desde la feria del Gálvez con comodidad.

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