TESOROS DE MENASALBAS Y BENEFACTORES OLVIDADOS



En 1942 una procesión transitaba por el antiguo puente que unía la Plaza Paraíso con la calle del Barco; sus gentes, devotos menasalbeños, transportaban con veneración dos tesoros que consideraban muy suyos.
En las andas, iba la imagen del Cristo de la Cruz a Cuestas, digno sucesor de aquel Nazareno barroco de pelo natural del siglo XVII que fue quemado por elementos frentepopulistas en las inmediaciones del cementerio. Se había traído con gran premura desde Málaga en 1940, siendo sacerdote don Alfonso Mª de Tejada y Duque de Estrada, para reponer aquella otra imagen que había acompañado a sus ancestros durante más de tres siglos. No había dinero y el alcalde de aquel tiempo pensó en abrir una cuestación para comprar un Santísimo Cristo, pero Eulalio Moreno Cobisa, que no había olvidado a su pueblo y que vivía en Madrid dedicado al próspero negocio de la venta de carbón, quiso convertirse en benefactor y compró de sus dineros aquella imagen destinada a una cofradía malagueña (Su mujer Rosa Fernández había hecho lo propio anteriormente con las dos imágenes del Sagrado Corazón que hoy están situadas en el altar mayor de la iglesia parroquial).
En la cabecera de la procesión otro mozalbete llevaba una cruz, era la Cruz Procesional de plata, otro de los grandes tesoros menasalbeños. Había sido comprada por la parroquia tras la construcción de la Iglesia a finales del siglo XVI. Con gran oficio había sido labrada por el orfebre toledano Juan López y por ella había recibido 59.849 maravedíes. La cruz había sido robada por alguien de Frente Popular en 1936, pero pudo ser recuperada en 1939 en Los Pirineos y traída de nuevo a la Iglesia en donde se conservan sus restos, que ya son pocos, sobre el retablo de la Inmaculada en el templo.

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